Entre las competencias del coach, es esencial la confianza con el cliente y la capacidad para que abra su corazón y cuente libremente lo que le pasa. Para lograr este objetivo y establecer el vínculo y la intimidad, es muy útil prestar atención y entender su mapa mental, así como tener una comunicación directa y fluida.
La comunicación directa, según el Coaching, es muy positiva cuando se está trabajando tanto a nivel consciente como a nivel inconsciente, a través de las metáforas. En este sentido, el coach usa las metáforas para llegar más allá de lo que nos podemos dar cuenta hablando ya que éstas van directas al inconsciente y tocan la parte de nuestro hemisferio derecho, que no necesita racionalizar los conceptos y las ideas. Esta herramienta es como una paleta de colores para el cliente en la cual él pinta su historia con los elementos de la preocupación por la cual demanda el acompañamiento de un coach. La metáfora es como un cuento en el que aparecen varios elementos disfrazados, como objetos, animales o elementos abstractos, y cada uno de ellos representa en el fondo la situación que el cliente está viviendo.
Después de haber abordado su preocupación de todas las maneras conocidas posibles, de repente un cuento puede suponer el paso definitivo para dejar de hacer lo que siempre ha estado haciendo y así cambiar el guion de su película.
Hay muchas fábulas, cuentos e historietas que son metáforas para la propia vida, que todos leemos desde nuestra experiencia y que nos permiten extraer moralejas y aprendizajes muy similares y a la vez muy personales. En el Cuaderno de Coaching de la web ICF España hay un artículo llamado Las enseñanzas Del Mago de Oz que nos explica con un buen ejemplo de metáfora cómo en el Mago de Oz el camino puede estar lleno de obstáculos, y seguramente lo estará, pero finalmente siempre existe la posibilidad de llegar al arco iris.
Es importante la creatividad para el coach, porque permite ampliar alternativas al cliente, y para que el mismo cliente tenga la capacidad de desarrollar su propia creatividad.
En un artículo de Lisa Bloom, la autora nos dice que el coach puede relatar junto con el cliente una historia:
“Una historia, un relato, convierte la seca teoría en un texto motivador. Una historia te permite estar presente de forma auténtica y abierta. Una historia convierte tu vulnerabilidad y humanidad en conexión y confianza.”
Un buen coach antes de ser coach ha sido un buen cliente, es decir, ha recorrido el camino de su autodescubrimiento igual que su cliente va a realizar en su proceso de coaching. En este sentido, en el Instituto Superior de Coaching incentivamos el propio proceso de nuestros alumnos.
Te invitamos a que seas el escritor de tu historia personal en la formación de Coaching realizando el curso de Coaching Profesional que realizamos . Infórmate en info@institutosuperiordecoaching.com