Cometer “errores” nos da la oportunidad de mejorar. En nuestro ejercicio como coach habrá “errores”, es natural, pero la clave está en cómo respondemos. Estos “errores” nos pueden servir de guía en nuestro proceso de aprendizaje continuo.
Algunos “errores” frecuentes:
1. Reaccionar: es diferente a responder con calma. Reaccionar es intentar arreglar y solucionar los problemas cuando es el cliente quien debe hacerlo. Cometiendo este “error” el coach no se toma el tiempo de reflexionar y responder antes de reaccionar.
2. Sermonear: el coach que sermonea elude las opiniones del cliente, sin tomar en consideración la experiencia y la inteligencia del propio cliente. El coach necesita tener razón e intenta convencer, en vez de exponer ideas y opciones.
3. Abusar de sugerencias: el coach que abusa de sugerencias se precipita a la hora de compartir o responder. Se convierte en una sesión de lucha de poder en vez de una sesión colaboradora.
4. Se blando: Ser pasivo en vez de un aliado colaborador. El coach utiliza muchos tópicos en lugar de observaciones pertinentes.
5. Limitado: El coach limitado ve la vida a través de un sólo paradigma en vez de múltiples paradigmas, sólo ve una versión de la realidad. Es el coach que siempre repite lo mismo, sin tener en cuenta el contexto.
6. Desacompasado: el coach desacompasado no vive en armonía con su cliente. Fija las prioridades del coaching ignorando las necesidades del cliente. El coach desacompasado habla “al” cliente no “con” él.
7. Referirse a sí mismo: Es el coach que utiliza mucho la palabra “yo”. El coach lleva la atención del cliente hacia el coach en vez de hacia el cliente.
8. Contenerse: El coach tiene temor a expresar opiniones personales. Reserva sus opiniones en vez de ser honesto y directo.
9. Etiquetar al cliente: Encasillar al cliente sin tener en cuenta la individualidad de cada uno. Hacer presuposiciones.
Para finalizar hay una cosa que quiero compartir con todos vosotros:
“La vida del hombre es interesante principalmente si ha fracasado…Eso indica que trato de superarse”. George Clemenceau.